miércoles, 28 de agosto de 2013
Las migajas de lo etéreo
De la punta de la falda de la abuela...iban prendidos...Calabacita y Piquito como si fueran prendidos de la cola de un cometa
Con las sonrisas de mil polvos de estrellas
Cantando....alegres en el bosque tropical...comiendo galletas hechas de leche maternal
La abuela, quién había guardado la escoba a la vuelta de la esquina...donde vive el arco-iris de cristal...irrompible y magistral...feliz de contar cuentos a los que quieran escuchar
No hay rendijas para espiar...lo que a cielo abierto se pueda cantar
Ella sabía volar...con las golondrinas al país de los sueños por vivir...con sus sombras y luces hechos de besos tiernos y corolas de flores del amanecer
Calabacita y Piquito...colmaban sus días con sus suaves caricias de inocencia y amor
Con el sol a pleno y los pies descalzos caminaban a orillas de ese bosque...admirando cada flor...cada picaflor...acostados bajo las nubes dispersas y los pensamientos en armonía de amor...se miraban y el deseo de volar era tan urgente...¡oh!abuelita lastimada
Ahora debemos reír...en este rato feliz...en que la calma se acuesta con nosotros...para dormir hasta que amanezca y el sol entre por la ventana que da de frente a los caramelos de girasoles
Piquito...mi rey moro...dulce caricia a mi corazón
Calabacita...mi rey con la caruchita colorada de dulce manzana
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Precioso relato, gla, un abrazo.
ResponderEliminarMuy Bello.
Besos.
Tierno y hermoso, me encanto
ResponderEliminarBesos
Cháchi!!..
ResponderEliminarGRACIAS.