El misterioso hombre sin cabeza ha hecho estragos la noche del sábado, en el boliche de moda.
A más de una dejó con las manos extendidas. mirando la caravana partir hacia el poniente, el sol que va esquivando la lluvia de verano.
Nada más placentero que un trago, sentada en el sillón de la nostalgia, pensando en los "yo no fui".
Aun sabiendo que todos fuimos los tarados que dejamos ir a los que nunca volverán.
Cuánto más se aleja, más me doy cuenta que nada es imposible si yo lo quiero.
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Así es, nada es imposible si trabajamos en nuestros sueños.
ResponderEliminarAbrazos y, ¡Feliz año nuevo!
El misterioso hombre sin cabeza..
ResponderEliminarUn trago placentero..
Y dejar ir a los tarados tras los camellos..
Hummm..
Me lo voy a pensar..
Pero de momento me quedo con el trago ese..
: )