Era una hermosa tarde de otoño
Rocío era una adolescente un poco retraída y silenciosa
Estudiaba para disimular que no quería hablar con nadie
Esa tarde, venía del colegio caminando muy rápido,
sabía lo que le esperaba
Mientras caminaba, iba pensando, iba recordando las palabras de su abuela Juana
-¡No te detengas! ¡no mires hacia atrás! ¡solo camina!
Caminaba veloz
sabiendo que en la casa le esperaba un rico mate cocido caliente y un pan casero,
hecho por su abuela con afán y amor
Ese pensamiento la ayudaba a llegar tranquila a su casa
Así fue, hasta que ella creció y ahora es su turno de cuidar a su querida abuelita,
que la mantuvo a salvo de toda la miseria humana
Es una hermosa tarde de primavera
Rocío está amasando pan para su abuela,
que le llevará a la cama con un aromático mate cocido.
Bien por Rocío.
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