Había conocido al Pasado Barrigón
El mencionado era muy entendido
Todas las noches, permanecía parado,
mirando la ventana de su amada,
hasta que ya no hubiera luz
Entre suspiros, a veces, se le caía una lagrima
La amada, doña Futura de las Casas, prometía...
Mañana
Mañana
Eran sus palabras, que consolaba al pretendiente
Sabido era que a las palabras, se las tragaba don Sapo,
el del zanjón de la esquina de San Juan y Boulevard Arista
Don Pasado Barrigón, soñaba frente al ventanal
Era tan fácil soñar
Es verdad...un poquito de pena daba
Pero yo lo conocí al enamorado.
Doña Futura de las Casas... es un nombre con mucha fuerza.
ResponderEliminarEl enamorado..
ResponderEliminarEra feliz..
En su ensoñación..
Al menos.
: )
Las penas de amor son la única válidas.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Con los enamorados esperando junto al ventanal pueden escribirse miles de historias. El sufrimiento es el lado más consciente del amor.
ResponderEliminarSaludos.