Sentada en la vereda
Bajo el gran árbol de la familia
En su sillón preferido
Mirando al vacío
Estaba ella...mi abuela Juana
Por ese entonces, el abuelo Anastasio ya había partido hacia quién sabe donde, si es que hay un donde partir luego de...
Estaba ella
Con casi noventa años en su haber...existido
Mirando, tal vez el pasado o tan solo recordaba una novela que había visto hace unos días
Es que con ella nunca se sabía
Una bruja solapada con cara de abuelita dulce y amable...engañosa y nos amaba mucho
Una bruja que sabía contar historias de risas y esas de terror que nos dejaba con los ojos abiertos toda la noche
Una bruja-abuela que nos enseñaba a cazar y comer perdices; a subir a los árboles y mirar el horizonte...mas allá del bosque...muy cerca del sol...a correr descalzos con la luna sobre nuestras cabezas
Ella era tan hermosa
Con el cabello tan largo que le llegaba a la laguna...junto a las vacas
Con la piel tan clara y la sonrisa diáfana
Con sus manos acariciadoras
Ella estaba...con la mirada lejana...buscando...vaya una a saber
Fue en ese preciso momento que Anibal le pregunta
-Abuela ¿Cómo estás? ¿Qué haces?
-Estoy aquí, esperando a la muerte
-Oh bueno...mientras esperas tal cosa...te traje carne. verduras y leche...solo para que tu esperar la muerte no sea tan pesado y de paso te alimentas