Abro la ventana y me acuerdo que estoy de vacaciones, muy lejos de mi país,
ahora recuerdo la resistencia que puse para llegar hasta donde estoy.
Está amaneciendo en este lugar, todo está rojo, no se porqué, quizás haya polvo en suspensión o solamente misterios.
Lo primero que llega hasta mis ojos, son las nubes rojas que se pierden en el horizonte.
Después unas sierras marrones, de lomadas suaves, ideal para caminar.
Bajo la vista y miro con atención, algunos edificios, el de color terracota parece una iglesia, tal vez una mezquita.
Luego veo un complejo de departamentos, rodeados de árboles, el verdor que avanza sobre tales edificios es como una invasión de plantas.
Un poco mas cerca, un conglomerado de casitas blancas y techos oscuros.
No veo personas, ni animales en este paisaje, dominado por el rojo y su magia.
Me doy la vuelta hacia la cama, donde yacía mi esposo, durmiendo...
Brillaba por su ausencia.
¿Era yo quién estaba loca?
¿Una broma macabra de la matriz?
¿Dónde se fueron todos?
Yo...¿porqué sigo viva?
Los recuerdos se perdieron, de dónde vengo, adónde voy.
Siento angustia y desazón.
Me siento en la cama revuelta, no hay pistas que me lleven a un lugar seguro para mi mente quebrantada.
Pienso.
Pienso.
Y como resultado obtengo un dolor de cabeza.
No tengo respuestas.
El tiempo parece haberse roto...
De repente, la puerta se abre y veo venir a una mujer de guardapolvo blanco.
Cuando vuelvo a abrir mis ojos, el paisaje se tornó rosa.
Yo...estaba atada a la cama.