A lo lejos se ve la figura fantasmal de la brujita Mare, su gata negra la acompaña y la protege.
Quizás la cuida de la soledad, tan inestable y quejumbrosa.
Todo resuena en ella, desde sus huesos viejos hasta sus cabellos, cayéndose, rompiendo el silencio del bosque.
No creo que tengan miedo.
Reconocen cada sendero, cada hoja seca, cada flor marchita, cada nido de las charatas y donde se posa el carancho.
Me gustaría comer un caramelo de fresas, piensa la gata:
me gustaría ver al sol en estos momentos, piensa Mare.
Sin embargo el día está nublado y el almacén mas cercano está del otro lado río que cruza el bosque.
Las dos vuelven sobre sus pasos, la noche va descargando su oscuridad sobre cada rincón del lugar.
El asunto es...
¿Vale la pena volver?
Tal vez...
Hubiera salido el sol
Hubiera abierto el almacén
Pero como los "hubieras" no existen, no pasa nada.
Buenas noches Pochi Moni.
Los hubieras viven en otros universos.
ResponderEliminarBesos.
Que lindo gatito☺️
ResponderEliminarEs una gatita hermosa
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