Él había traspasado todos mis límites
No solamente tenía mi corazón
También sabía mi nombre,
mi edad, mis gustos
También mis pasos uniformes
Hay una distancia...
Hay una distancia...
Desde su sonrisa,
hasta la nostalgia de su ausencia
Él no sabe lo sufrido
Él no sabe lo añorado
Las golondrinas sabían de su gozo
El volar tras la sombra de aquel ocaso
Rompe el silencio en callada tristeza
Me fui tan veloz como la flecha del sol
Me encontré detrás de las dunas y frente al mar.
Ante el mar habla el corazón.
ResponderEliminarEl miedo que produce que alguien sepa tanto de uno.
ResponderEliminarEl vacío que queda cuando ese alguien decide irse.
Lo imposible que es volver a empezar.
Saludos,
J.