Hoy desperté en la tierra y aquella hamaca y volví a todos aquellos momentos en que fuimos felices, una niñez nada común.
Corridas y risas, mariposas y flores blancas, descalza bajo el sol tan amable, sentía su amor en cada centímetro de la piel
Entre pomelos, mandarinas y sandías, sentía la vida en el aire, susurrándome ¡vive qué aún hay tiempo!
Hoy desperté acompañada de recuerdos junto a mi...el algarrobo, que sostenía mi hamaca, hecha de madera y agarrada de dos sogas, especialmente comprada para esta misión, darme buenos y únicos instantes
Cada mañana, cuando despuntaba el sol, allí cerca del monte de espinillos en flor, subía a mi mundo y en el viene y va: arriba y abajo, comenzaba el vuelo a mundos fantásticos de aromas y la frescura del aire
Sentía el cuerpo difuminarse en el infinito, convirtiéndome en todas las cosas y en cada una de ellas
Esa hamaca era mágica, conocía los mundos de los sueños, de los colores y de las canciones, una por una
Esa hamaca me liberaba y podía visitar mis interiores cuando así lo precisaba, era mi ayuda y yo corría a sus brazos de maderas
Esa hamaca, siempre está, en mis momentos felices y en mis tristezas, a pesar de ser una abuela y estar a orillas del tiempo
Aún hoy...voy galopando al viento.
Excelente rememoración. Casi que pude estar allí mismo, junto a la hamaca.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Qué bonito todo lo que recuerdas.
ResponderEliminar:)
Tu energía disfrutando de la materia a tu alrededor..
ResponderEliminarPalpando..
Saboreando..
Oliendo..
Sintiendo..
La materia.
: )