
Voces...
Voces que susurran en la noche
Voces que me alcanzan
Voces abrazándome
Voces y besos
Arrullándome
Voces y caricias
Besos...
Suaves que recorren mi sendero
Voces que hablan de tu amor
Caricias hechas de plumas y pétalos
Voces
Besos
Caricias
Y tu amor...
Mi amor bordado en tu piel
Es tu voz que me llama
Y tu amor...
Tatuado en mi piel
Caricias
Voces
Besos
Te llamo en mis sueños
ResponderEliminarTe busco
Te encuentro
Acudo a vos
Y me quedo en tu amor...
Muy hermoso mi querida amiga, me ha encantado
ResponderEliminarUn besito Rosario
SIEMPRE TE SIENTO.. quédate con todo lo que te di.. necesito protegerme.. es peligroso.. ya nada es demasiado seguro.. siempre en ti.. mi corazón latente.
ResponderEliminarEres...libre...
ResponderEliminarEste es y sera tu lugar...siempre...
Yo seguire escribiendo para vos...
Te amo...
Hasta siempre amor...
🙄🤗🌹
ResponderEliminarVino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre.
ResponderEliminarY tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
ResponderEliminarViéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado.
ResponderEliminarY vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.
Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
ResponderEliminarJesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
ResponderEliminarY he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
ResponderEliminarEl les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?
Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
ResponderEliminarCuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
ResponderEliminarY clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos.
ResponderEliminarY los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos.
El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.
Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados.
ResponderEliminarY toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
( El Santo Evangelio Según San Mateo 8: 14-34 )