Hablemos de la libertad

Pasado un tiempo

Desperté en un banco a orillas del mar

Hacia atrás, estaban las llanuras y las montañas que crucé para estar aquí

Miré el mar infinito

Sus aguas me invitaban a sumergirme y nadar con mis sueños de libertad

Sin embargo, el miedo...

Ese miedo al agua, coartaba las ganas de zambullirme y nadar hasta el agotamiento

Presa del miedo

Mas allá del horizonte, me veía, miraba el vacío, mientras otra persona despotricaba contra el mundo

Maldita sea, yo la quería silenciar, la verdad no se qué me sellaba la boca y no decía nada y esa nada se apoderaba de mi, dejando mi mente al costado de sus palabras

Presa e incapaz de decir...¡cállate!

¡Me gusta el rock, el maldito rock!

No soy capaz de abrir la boca y expresar mi gustos

Y escucho la música que escuchan ellos, que me resbala y cae al vacío

Presa e incapaz de hablar y hacerle entender que hay lugar en el tiempo para escuchar todos los estilos que existen

La bebé lloraba

Mi bebé lloraba

Y esas lenguas que decían, no la alces, no la malcríes

Presa de la incapacidad de hacer lo que yo hubiera querido

Haciendo una regresión hacia mis ancestros, he descubierto, cuánto han luchado por conseguir la libertad, en una época de cruel esclavitud

Me he visto correr con ellos a lo largo de río, para no dejar huellas, para los que devoraban y quebraban espíritus

Correr en tinieblas, sin tener una dirección y si, una meta, la propia libertad

Gracias infinitas, amados míos por esa lucha, por no haberse roto y rendido nunca

A pesar de esto y muchas cosas más, aún no me han roto el espíritu

Hoy, ahora, me siento libre, mis pensamientos, mis emociones y mis sentimientos gozan de plena libertad