"Nos quedan dos miradas...Hagamos el amor en un instante"

domingo, 30 de agosto de 2009

Extraño ser...


Llegaste a mi vida
Así como el humo
Así como el humo te fuiste
Llegaste a mi vida
Dejaste un rastro de sueños
Te llevaste mis ilusiones
Llegaste a mi vida
Mi cuerpo dormido
Reconoció el placer...
Del amor
Fuiste nutriente
Para el árido suelo
Gotas de agua
Mi alma sedienta fue bebiendo
Extraño ser...
Te busco
Te encuentro en una canción
Te busco
Te encuentro en mis recuerdos
Te busco
Te encuentro al amanecer
Sueños robados al tiempo
Extraño ser...
Las voces
Lamento de una felicidad perdida
Sensaciones confusas
Felicidad de momentos vividos
Sensaciones confusas
Miedo al olvido
Instantes únicos en el cofre...
Extraño ser...

10 comentarios:

  1. He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

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  2. Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán;

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  3. y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles.

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  4. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis, porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar.

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  5. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

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  6. El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.

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  7. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

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  8. Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

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  9. El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.
    Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?

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  10. Así que, no los temáis, porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.
    ( El Santo Evangelio Según San Mateo 10: 16-26 )

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