"Nos quedan dos miradas...Hagamos el amor en un instante"

viernes, 28 de agosto de 2009

Acariciando...



Tus manos resbalan con suavidad sobre mi espalda
Mis manos vuelan dulces en tu pecho
Nuestros labios se pierden en un beso que es eterno
Los ojos...
Se buscan en esta oscuridad
Los cuerpos se funden en un sol ardiente
Y...se me nubla la mente

27 comentarios:

  1. Mi amor por vos traspasa toda logica...

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  2. Precioso como describes un momento tan intimo y tan sumamente hermoso
    Un brsito Rosario

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  3. NO.. no te dejo.. es por ti que estoy aquí.. en el aire.. vuelo como paloma.. hacia tus cálidos brazos.. como un pequeño colibrí.. me pierdo entre tus piernas.. bebiendo del nectar de tu delicada presencia.. porque me place.. y porque no me averguenza decir.. lo que siento.. aunque en la realidad pudiera ser.. que la timidez.. me pudiera.. o me pueda.. expreso.. y expreso.. en un lenguaje íntimo y espiritual.. lo que mi espíritu.. lo que mi alma.. desea..

    A veces.. sólo desearía estar contigo sin pensar.. en lo erótico.. sin pensar en lo sensual.. porque me siento en plenitud contigo.. y me basta con acariciar tus manos.. tu mejilla.. jugar con tu cabello.. aquí.. recostada sobre mis piernas.. bajo ese lindo árbol.. dónde.. tú.. una vez hiciste lo mismo.. y lograste que llorara de angustia.. de recuerdos.. y de penas.. pasadas penas y añoranzas.. pero.. ésta vez no quisiera llorar.. pensando que sólo es un juego más.. sino que tú.. mi amor divino.. tú.. mi paloma blanca.. que lloras.. en soledad.. que deambulas por esas tristes calles.. sin entender del todo.. sin comprender lo que por tí.. yo.. siento.

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  4. No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.

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  5. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

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  6. ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

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  7. ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

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  8. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

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  9. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

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  10. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

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  11. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

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  12. ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?

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  13. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

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  14. Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

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  15. Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

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  16. Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
    Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

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  17. Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

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  18. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

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  19. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
    Así que, por sus frutos los conoceréis.

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  20. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

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  21. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

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  22. Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartados de mí, hacedores de maldad.

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  23. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

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  24. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

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  25. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

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  26. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
    ( El Santo Evangelio Según San Mateo 7: 1-29 )

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